domingo, 20 de junio de 2010

Flores y una sobremesa diferente

Jefe, hoy Angelito y Cary te llevaron flores. Uno de mis amigos habaneros (tengo pendiente hablarte luego de ellos) me telefoneó para felicitarme. Por buen hijo, quiso como excusarse porque pensó tal vez que yo no estaba para celebraciones. El diálogo me dejó pensando qué soy mejor: hijo o padre. Luego me pasé el resto de la tarde viendo el fútbol del Mundial, con la pequeña alegría agregada de triunfo de Brasil. No sé viejo, siguen sin gustarme los días de. Y a estas alturas ya no tiene remedio.


En la sobremesa recordé que tres domingos atrás a esa misma hora te senté en la cama para que vieras Palmas y Cañas, completito, con su pésima animación y todo. Después viste el inicio del Noticiero y me pediste que te acostara.

Siempre he dicho que la mesa es para hablar de cosas agradables. Hoy, sin saber cómo ni por qué, narré los detalles de los minutos que precedieron al mediodía exacto del aquel jueves. A lo mejor, quién sabe si me saqué un miligramo de dolor en cada sílaba.

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